Cartas del terremoto de Arequipa

23 de junio del 2001

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Querido Oswaldo: Gracias por tus envíos, nosotros te hemos escrito varias veces a esta dir. y nos decían q. no era conforme . La última vez hará unas 3 semanas parece q. fue a su destino, luego recibimos el correo Jerusalén y otro pero lo que no sabemos es si te llegan a ti las respuestas por q. lo q. mandas son transcripciones q. lees en Internet no?. Aprovechamos de avisarte q. felizmente no nos pasó nada con el terremoto fuera de un gran susto y de que se cayó entre otros adornos, el Gallo que nos regaló Juan Almuelle. Por las noticias ya sabrás de todos los deterioros. Si recibes ésta manda unas líneas tuyas Gracias Un abrazo de Pepe y mío.

Teresa

Hola a todos,

Bueno, algunos de Uds. no sabían que me encontraba en la ciudad de Arequipa la semana pasada. Agradezco las llamadas de preocupación de algunos amigos.

Para el resto les cuento un poco mi ultima experiencia en el viaje al Valle de los Volcanes la semana del terremoto.

No lo tomen a mal si cuento algunas situaciones anecdóticas y graciosas del viaje...... no por esto me consideren insensible a la desgracia ocurrida por el devastador terremoto. Solo quiero compartir con Uds. algunas de mis experiencias cargadas de mucha aventura.

El viaje lo iniciamos el martes 19 de junio. Me enrumbé a la Ciudad Blanca con todo el equipo de Rafo León, quien tiene un programa en el canal 14 que se llama "Tiempo de Viaje" . Eramos 8: el camarografo, su asistente, la productora, el fotógrafo de ETECE, Rafo Leon, Mauricio de Romana, el chofer de la otra camioneta y yo.

Esa noche dormimos en el hostal "La Casa de mi Abuela" en Arequipa y al día siguiente partimos para El Cañon del Colca, 4 horas en camioneta viendo hermosas pampas de ichu, arroyos y humedales plagados de alpacas y llamas.

Nos hospedamos en el acogedor "Parador del Colca", en el pueblo de Yanque, donde Mauricio de Romaña, gran amigo y dueño del hotel, nos hizo toda la explicación de a donde quedaban los volcanes y las rutas que debíamos recorrer para encontrarlos.

Es así como salimos al alba el día siguiente con un azul profundo en el horizonte y el sol calentando los ánimos.

Pasamos por Chivay, Tuti y Sibayo, últimos pueblitos en la margen derecha del Cañon del Colca, para iniciar el camino de ascenso que nos llevaría después de 4 horas al pueblo de Caylloma. Después de un reconfortante caldo de carnero, "levantamuertos" le dicen, seguimos nuestro viaje con destino a Orcopampa.

Nunca antes vi, como esa tarde, una puesta de sol tan impresionante: el cielo se tiño en todos los tonos naranjas y rojos que pueda uno imaginar, pasando después por los lilas, azules para finalizar en el negro absoluto.

Ni el dorado del ichu ni del cielo podía calentarnos, estabamos bajo cero y a más de 4,800 mts. s.n.m pero el paisaje era tan sobrecogedor, teniendo siempre a nuestro alrededor la impresionante Cordillera de Chila, que el frío quedo olvidado....

Llegamos al pueblo minero de Orcopampa a las 6:30 p.m., donde nos hospedamos en el hotelito donde duermen los visitantes que llegan a la mina. La compañia Buenaventura maneja esta zona, donde extraen netamente oro y plata.

Al día siguiente tuvimos la incomparable experiencia de ingresar a la mina, previa disfrazada con todo el equipo pertinente: mameluco, casco con luz cargado por batería portátil, guantes, botas especiales, tapones para los oídos y aparato para respirar. Parecíamos realmente astronautas.....

Después de la foto de rigor, empezamos a ingresar a la mina. Bajamos hasta 110 mts bajo tierra, donde literalmente éramos topos movilizándose en la mas absoluta oscuridad, solo alumbrando nuestro camino con nuestras linternas del casco. A medida que bajábamos el calor se hacia insoportable. Yo no tenia idea de que habría calor y me arrepentía en el alma de no haberme quitado las dos chompas de alpaca que tenia bajo el mameluco. En la superficie el frío era horroroso y ahora, a 110 mts bajo tierra, era el infierno.....Y no podía ni quitármelos pues tenía la batería de la linterna amarrada al cinturón sobre el mameluco y el maletín de fotografía y trípode en mi espalda..... La experiencia fue más que alucinante, túneles y túneles que se entrelazaban, y pequeñas lucesitas de los mineros que se acercaban o alejaban en esta inmensa oscuridad. El aire se hacía cada vez más ralo y por ratos debíamos usar los aparatos para respirar. Después de hora y media de entrar y salir por socavones, y de sofocarme con las dos chompas, subimos a la superficie, yo por supuesto, con un par de kilos de menos, después de toda la transpirada, pero contenta de haber podido entrar a una mina, pues por tradición no se permite el ingreso de mujeres a las minas..........traen mala suerte!!!.

Esa mañana, tuvimos la experiencia de recorrer el Valle de los Volcanes, que están esparcidos en un área bastante amplia. Se han reconocido como 80. Nosotros solo vimos unos 10. Inclusive trepamos al cráter de uno, después de 40 minutos de agotadora tarea, pues no pisábamos tierra, sino lava petrificada, pedazos de carbones que se resbalaban y deshacían bajo nuestros pies. Cuando llegamos a la cima, empezó a granizar. El espectáculo fue extraordinario: Sentías las partículas de hielo en la cara, un viento helado y la emoción de estar en lo alto de un cráter teniendo al frente y casi a tu altura, otra vez la majestuosa Cordillera de Chila y todos los volcanes a tus pies.

El terremoto nos agarró manejando por el Valle de los Volcanes, en un pueblito llamado Andahua. Estabamos en las camionetas cuando de pronto vimos una polvareda impresionante a todo lo largo del canon, y nos asustamos pensando en que podía ser una erupción.....avanzamos un poco y vimos a toda la gente que estaba fuera de sus casas, llorando y así nos enteramos que acababa de suceder el terremoto. De pronto ya no se veía nada, solo polvo, producto de los derrumbes de las piedras en los cerros.....El paisaje alucinante, pues donde habíamos visto un cielo azul y verdes valles apenas cinco minutos atrás, ahora no se veía nada, salvo polvo y un silencio sepulcral.

Pensábamos en la suerte que habíamos tenido de que nos cogiera allí el terremoto y no en la mina, donde habíamos estado una hora y media antes. O en la mañana de ese mismo día, donde habíamos estado trepados en lo alto del cráter de un volcán......Estoy segura que no nos hubiera pasado nada, pero si un susto memorable............Para esa misma noche ya estaba planeado de antemano dormir en carpas, y a pesar de que nadie estaba con muchas ganas de acampar, Mauricio de Romana, nuestro guía y gran conocedor de esa ruta, nos animó a hacerlo. Estaba tan ilusionado con la idea , que no pudimos decirle que no. Comimos pollo a la parrilla y nos calentamos con el fuego de la fogata y dos botellas de Anís del Mono que alguien del grupo providencialmente había comprado antes de salir de Arequipa.....El cielo era un mar de estrellas y como música de fondo, un CD de música clásica: Vivaldi y Mozart que en ese ambiente bellísimo, sonaron mejor que nunca.....

Entre tragos y tragos, terminamos cantando canciones del recuerdo y contando chistes...... Cuando se acabo el Anís, nos fuimos todos a dormir. Yo me quede privada en el acto, producto de los buenos "shots" de anís, pero como a las dos horas, la productora del programa con quien compartía la carpa, me despierta aterrada: toda la carpa se movía produciendo un ruido fortísimo..... Cuando escuche , el corazón se me paralizo de miedo... (los pishtakos, pensamos) pero después de unos segundos pudimos darnos cuenta que solo era el viento.....había tal aire, que este movía las paredes de la carpa, pero tan intensamente que parecía que alguien las movía desde fuera...

Bueno , ya se imaginaran la noche que pase: estaba más que espantada, entre el miedo a que sucediera otro Uchurakay, y el terror a que el cerro se nos cayera encima por las replicas…

Al día siguiente y con mucha pena, tuvimos que emprender el largo camino de regreso.....

Tuvimos que cambiar de recorrido pues la ruta programada, estaba bloqueada por las piedras desprendidas de los cerros. Así que tuvimos que volver por el mismo camino por donde vinimos y con la pena de no ver, por esta vez, los pueblos de Machaguay y Aplao.

Serán para la próxima.....

Llegando casi a la ciudad de Arequipa, a la altura de Cementos Yura, vimos con asombro, una fila interminable de camiones parados al costado de la pista y gigantescas moles de piedras que se habían desprendido del cerro y bloqueaban la carretera. Nuestro avión salía en una hora, así que llegar a tiempo parecía más que imposible.

Habían habilitado una vía auxiliar que pasaba por chacras, sembríos y caseríos. Igual tuvimos que sortear varias piedras en el camino, pero cuando llegamos al aeropuerto, nuestro vuelo ya estaba cerrado.

Así que tuvimos que quedarnos a dormir en Arequipa. La verdad que a estas alturas, no sabíamos de la magnitud del terremoto, pues habíamos estado totalmente incomunicados, pues no funcionaban los teléfonos ni la radio.

Esa fue otra noche muy especial: Regresamos al hotelito "La Casa de mi Abuela" y para mala suerte mía me mandan a dormir al tercer piso, pues por ir a la Plaza de Armas a ver los estragos del terremoto en la Catedral, todos agarraron los mejores cuartos y me quede con el ultimo. Pero en fin, se veía que el hotelito era sólido y además todos ya estaban instalados y me pareció mala onda irme sola a otro hotel. Todo estaba bien hasta que se me ocurrió meterme a la ducha. Después de dos días sin bañarme, ya se imaginarán las ganas de entrar al agua. Ahí recién pude ver con sorpresa, las grietas gigantescas en las paredes del baño. No bien me había echado el shampoo en la cabeza, escucho que alguien me toca la puerta. Entre el agua y las dos puertas de por medio sólo escuchaba a alguien que hablaba español con acento gringo. Pense que se habían equivocado de cuarto, así que seguí disfrutando de mi rico baño. Pero a los cinco segundos, ya no salía agua caliente sino agua congelada....casi me muero del shock y encima tenía todavía todo el shampoo en la cabeza.....de pronto escucho que alguien se tiraba a golpes la puerta de mi cuarto, era el administrador del hotel diciéndome que cerrara en el acto la ducha, pues el cuarto del segundo piso se estaba inundando con todo el agua que se filtraba de mi ducha....Y el agua ni siquiera caía en el baño, sino en la cama del pobre gringo que me había estado tratando de explicar en su español masticado que su cuarto era el diluvio. Encima, tuve que hacer pasar al administrador a mi baño pues la llave general estaba tan dura que yo no podía cerrarla. Tuve que cubrirme con la mini toalla que había y dejar pasar al tipo, que me miraba con sorpresa el shampoo petrificado que todavía tenia en el cráneo....Fue de película. Y eso que lo terrorífico recién empezaba: Hubieron 5 temblores en esa noche. Así que me la pase corriendo del tercer al primer piso hasta que se hizo de día.

No pegue un ojo en toda la noche.............

Bueno, si les ha interesado algo mi relato, lo podrán ver en vivo y en directo a partir de hoy en el programa "Tiempo de Viaje". Canal 14 CMC en el siguiente horario:

lunes: 20:00 p.m.

miércoles: 23:00

jueves: 14:30

viernes : 22:00

sábado: 09:00 y 15:30

domingo: 21:30

Por supuesto que lo de la mini toalla y el administrador es capitulo aparte......

saludos,

mylene

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