-Chau le dije. Uno se pasa la vida diciendo "hola" y "chau". Si dices hola sabes que en determinado momento tienes que decir chau. Es algo obligado. Ella me dijo un día que eso la fatigaba. Cuando decía hola empezaba a pensar que tenía que decir chau en el momento preciso. Si lo decía antes lloraría. Si lo decía después lloraría. -En realidad uno se pasa la vida derramando lágrimas. Aunque también uno se pasa la vida cagandose de risa. -Creo que más derramando lágrimas -dijo ella. -Supongo que sí, pero algunos derramamos unas lagrimitas invisibles. -Tú lloras con lágrimas hacia adentro -dijo. -Oh -dije. -Eres un sentimental. Detrás de tu cultivada armadura hay uno de esos sentimentales que detestas. -Malditos sentimentales. -Sí -dijo ella- ¿Qué estabamos diciendo? -Chau. Ahí nos vidrios. Sayonara. Arrivederci. -De repente nos volvemos a encontrar -dijo ella. - Pero si jamás volvemos a vernos eso comprobará que esta despedida estuvo muy bien hecha. Me miró. Luego acercó su boca a mi boca. ver Materia |
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