El miedo

-¿Qué te pasa? -preguntó ella. La punta de su nariz reflejaba la luz de la luna que se filtraba por la ventana.

El la miró un instante y casi sin mover los labios dijo:

-Ya es de noche. Mejor prendemos la luz.

Ella parpadeó. Algo pareció precipitarse en su rostro.

-¿Qué te pasa? –insistió desconsolada. Cada sílaba suspendida como cuelgan la reses de un gancho en el matadero.

El la miró.

-Nada -dijo. Le clavó la mirada como si estuviese viendo a una mujer muy hermosa a la que tenía que besar por primera y última vez.