Batman returns / Tim Burton, 1992

Gata caliente sobre ciudad Gótica

Hay consenso en que lo mejor de la serie de Batman son los villanos. Si en la primera parte (1989) Jack Nicholson compuso un inolvidable Guasón, en la secuela, Batman returns (1992) el Pingüino de Danny de Vito es prodigiosamente detestable. Pero sin duda el gran personaje es la Gatúbela de Michelle Pfeiffer. En esta segunda parte Tim Burton, el príncipe freak de los directores contemporáneos, decide centrar todo el film en la dualidad de los personajes, en el conflicto entre lo monstruoso y lo humano. La neurótica ambigüedad de Gatúbela está compuesta con el justo humor, con la medida exacta de autoconmiseración. Este personaje que podría ser patético se levanta más bien como la figura emblemática. Y su atractivo es tal que Batman, el Pingüino y el espectador “no saben si dispararle o casarse con ella”. Por otro lado ciudad Gótica es por última vez ese lugar maravillosamente sombrío antes de que el insensato Joel Schumaker encendiese la luz en la tercera parte de la franquicia. Y la parafernalia circense (aderezada con la banda sonora de Danny Elfman) tiene como siempre con Tim Burton el irresistible embrujo de ciertas pesadillas. (Oswaldo Chanove)