Una Bala Sin Nombre
Se trata de un caballero. Relativamente joven. No más de treinta años. O quizá veinticinco. En realidad treinta y cinco. El sujeto fue bautizado con el extraño nombre de Manuel. Alguna razón (probablemente alguna vergonzosa bastardía) lo impulsaba a no pronunciar jamás ninguno de sus apellidos. Por lo demás, en los términos generales de su larga vida, ha desautorizado a la mayor parte de sus biógrafos. "Déjenme vivir", alega. Se sabe que tuvo una vida un tanto tormentosa, que amó y fue amado, y que hacia la mitad de su vida disfrutó de éxito y fortuna. Su frase favorita era la siguiente: "Si alguien es capaz de cometer un asesinato, es segura su fama".